quarta-feira, 7 de dezembro de 2011

Improviso para contar o que sobrou do dia...

Inventas rios numa cidade
que ergueste sobre o deserto
as casas aqui não têm alicerces
e tu vais de porta em porta
distribuindo perfumes que ninguém reconhece
talvez precises ainda de vinte euros
para ganhar o dia
na esmola ao deus a que pertences
qualquer sombra serve
um banco corrido na igreja ao fim da rua
um altar despido de eternidades
esse subúrbio que só a noite habita
um carro que passa e que pára
e tu entras
esgotaste o estoque de palavras
e os cigarros e a esperança quase
e perguntas se isto ainda é a europa
está muito frio lá fora
finalmente o outono arrefeceu
agora a tarde tem pressa
e há crianças abandonadas no cais
donde partem todos os barcos
que ainda traficam escravos
tu ficaste e baixas as calças
como se já não soubesses viver de outra maneira
senão de joelhos ou debruçada
sobre esta espécie de ausência de humanidade
as mãos têm a sabedoria da eficiência
o deserto sobre que assenta a cidade
é tão árido como o corpo que lhe ofereces
já não há rio que te percorra
por dentro ou por fora
a viagem agora começa e acaba sempre em terra
uma escultura apenas
uma máscara de veneza estilhaçada
e nenhuma carne ou água sobre os ossos
apenas bronze por derreter.

Ademar
02.11.2008


Improvisación para contar lo que ha quedado del día...

Inventas ríos en una ciudad
que erigiste sobre el desierto
las casas aquí no tienen cimientos
y tú vas de puerta en puerta
distribuyendo perfumes que nadie reconoce
tal vez necesites aún veinte euros
para ganar el día
en la limosna al dios al que perteneces
cualquier sombra sirve
un banco corrido en la iglesia al final de la calle
un altar despojado de eternidades
ese suburbio que solo la noche habita
un coche que pasa y que para
y tú entras
has agotado las existencias de palabras
y los pitillos y la esperanza casi
y preguntas si esto todavía es europa
hace mucho frío ahí fuera
por fin el otoño se ha enfriado
ahora la tarde tiene prisa
y hay niños abandonados en el muelle
de donde zarpan todos los barcos
que aún trafican con esclavos
tú te has quedado y te bajas los pantalones
como si ya no supieras vivir de otra manera
sino de rodillas o inclinada
sobre esta especie de ausencia de humanidad
las manos tienen la sabiduría de la eficiencia
el desierto sobre el que se asienta la ciudad
es tan árido como el cuerpo que le ofreces
ya no hay río que te recorra
ni por dentro ni por fuera
el viaje ahora empieza y acaba siempre en tierra
una escultura nada más
una máscara de venecia hecha añicos
y ninguna carne ni agua sobre los huesos
solo bronce por derretir.

Sem comentários: